Normativa sobre la energía renovable a nivel de vivienda

Es cierto que los cambios para mejorar la sostenibilidad y la eficiencia energética deben tener lugar a escala global, especialmente en las instituciones públicas y en las grandes corporaciones. A nivel doméstico, sin embargo, el uso de energías renovables no solo ayuda a reducir la contaminación, sino que también se nota en tu bolsillo por el ahorro energético que representan.

Como abogados especialistas en materia de arrendamientos y Propiedad Horizontal, ahondamos en un aspecto vital hoy en días para los ciudadanos.

Energía renovable y normativa

La energía renovable (o energía verde) es una fuente de energía obtenida de fuentes naturales que es inagotable por su gran cantidad de energía o porque puede regenerarse a sí misma a una velocidad mayor a la vida humana.

Los precios de la electricidad en España han alcanzado niveles muy elevados. La contaminación, el efecto invernadero y el cambio climático han alcanzado puntos de inflexión. Curiosamente, la solución a ambos problemas puede ser la misma: energías renovables.

Si bien hay muchos tipos de energía renovable, pocos todavía están disponibles a nivel doméstico. Además, actualmente solo hay sistemas desarrollados para energía solar, energía aerotérmica y energía geotérmica.

La primera regulación española sobre este tipo de energía data de 1980, la Ley 82/1980 de conservación de la energía, que apuntaba a la energía hidráulica como solución a la crisis del petróleo.

Después de muchos intentos, se elaboró ​​el Plan Energético Nacional 1991-2000 para promover la producción de energías renovables, y se reforzó el concepto de régimen especial con la Ley N° 40/1994 del Sistema Eléctrico Nacional, que consiste en que la energía eléctrica llegue a la red de distribución para formar Redes de energía como tratamiento de residuos, biomasa, hidráulica, eólica, solar y cogeneración.

Finalmente, en 2011 se aprobó un nuevo plan de energías renovables que propone que en 2020 el 21% del consumo eléctrico total de España provenga finalmente de fuentes renovables.

Autoconsumo y energía solar

Uno de los mayores desarrollos a nivel doméstico en el sector de las energías renovables es la fotovoltaica para autoconsumo. Gracias a esto, ya la energía solar que extrae, una vivienda puede generar la misma cantidad de electricidad que consume y olvidarse para siempre de la factura de la luz. Por el momento, sin embargo, la capacidad de almacenamiento de las baterías no es grande, por lo que el sistema tiende a permanecer conectado a la red eléctrica española en caso de quedarse sin energía.

Autoconsumo compartido

Otra de las ventajas de este tipo de energía renovable es que no solo las residencias privadas pueden beneficiarse del autoconsumo, sino que también pueden beneficiarse edificios enteros.

En estos casos, la instalación de los paneles solares y de todo el sistema se realiza de forma conjunta entre diferentes usuarios del barrio, de manera que todos pueden utilizar la electricidad de los paneles mediante economías de escala. El problema es que, actualmente, este sistema no lo permite.

Impuesto al sol

Seguro que has oído hablar de este famoso impuesto, que tiene su origen en el Real Decreto 900/2015 para regular el autoconsumo a nivel nacional.

El impuesto incluye la energía de nuestro sistema solar a la red de transporte y viceversa. Mientras que el usuario promedio usa la red española dentro de su rango de tarifas, todos pagamos una tarifa por usar la red española.

Efectivamente, existen casos en los que existen exenciones fiscales, como inmuebles con una potencia inferior o igual a 10 kW e inmuebles ubicados en Canarias, Ceuta y Melilla (con menores costes en Mallorca y Menorca).

Ventajas del autoconsumo eléctrico

  • Ahorro: fin de la factura de la luz para autoconsumo
  • energía renovable
  • Subvenciones y ayudas para instalación e instalación de paneles solares.
  • Alta seguridad

Energía eólica y bombas de calor

La energía que extraemos del aire no permite el autoconsumo, pero sí reduce los costes en más de un 70%, lo que supone un gran ahorro.

Los sistemas de aerotermia pueden aprovechar la energía presente en el aire, pero requieren un motor para extraerla, aunque solo representa el 30% de la energía utilizada, por ejemplo, en un aire acondicionado doméstico.

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